Estudio introductorio

se conserva un volumen casi parejo: 165 ejemplos de cartografía publicada por algunas de las firmas más prestigiosas de la Europa del momento, frente a 148 mapas manuscritos que constituyen, sin lugar a dudas, la más valiosa aportación del Archivo sueco a la cartografía histórica. Entre los manuscritos se encuentran numerosos documentos cartográficos que llegaron al país nórdico a finales del siglo XVII de la mano del diplomático sueco Juan Gabriel Sparwenfeld. En 1690, este personaje se encontraba en Madrid participando en una de las almonedas públicas más importantes que se celebraron en la corte de los Austrias durante el siglo XVII. En ella se liquidaba el fabuloso patrimonio de don Gaspar de Haro y Guzmán, marqués de Heliche y del Carpio, que había muerto dos años antes en la ciudad de Nápoles. Sparwenfeld se hizo con auténticas joyas bibliográficas y documentales de la colección de la familia Haro, que ese mismo año viajaron a Suecia. Desde entonces, el material ha permanecido en el país nórdico, depositado en diferentes instituciones. En 1805 los documentos cartográficos pasaron a formar parte de los fondos del recién creado Real Archivo Militar de Estocolmo.

El antiguo propietario, don Gaspar de Haro, fue un reconocido coleccionista de arte y un apasionado de la cartografía, llegando a tener un volumen considerable de piezas, como atestiguan los inventarios de bienes que se realizaron tras su muerte. Parte de los mapas que un día pertenecieron al marqués y que en la actualidad custodia el archivo sueco, han sido dados a conocer en publicaciones patrocinadas por la Junta de Extremadura; sin embargo, ahora se publica íntegramente todo el material cartográfico que sobre la Península Ibérica se trasladó a Suecia de la

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