Estudio introductorio

articularon el desarrollo de esta guerra. A la primera corresponden los planos de pueblos del sur de Extremadura (32, 46, 47, 33, 48 y 49) donde inicialmente se concentraron las operaciones militares. Sin embargo, el espacio que marcó el ritmo del conflicto se delineó en torno a las plazas principales de Badajoz (34, 35), Elvas (243, 28), Campo Maior (27) y Olivenza (26), corazón de la frontera durante esta larga Guerra. El valor estratégico de estos núcleos y de otras localidades de su área de influencia como Telena (51), Vila Viçosa (244, 245), Estremoz (4), Ouguela (246) o Juromenha (247) explica la elevada representatividad de este espacio: en total 18 planos, que se convierten en un valioso testimonio gráfico de las tácticas fortificatorias y defensivas de las plazas militares, tanto portuguesas como extremeñas, que jugaron un papel tan relevante en los enfrentamientos. A partir de la década de 1650, tras la reincorporación de Cataluña, el frente portugués se activó en esta zona. En 1657 el Real Ejército de Extremadura efectuó una gran campaña que se saldó con la conquista de Olivenza (26) y Mourão (248), campaña que fue respondida al año siguiente desde Portugal procediendo a asediar Badajoz, fortaleza clave de Extremadura y su principal plaza de armas. El cerco se prolongó durante cinco meses siendo levantado por don Luis Méndez de Haro, el valido de Felipe IV (249, 23, 22). El ejército portugués en retirada fue perseguido por los castellanos quienes, tras atravesar la frontera por el río Caya, pusieron cerco a Elvas por espacio de algo más de dos meses. Esta acción militar desembocaría en la “Batalla de las Líneas de Elvas”, en la que las tropas portuguesas consiguieron la primera gran victoria de la Restauración (25).

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